¿Qué es la Francmasonería?

La Francmasonería mixta como es el caso de nuestro triangulo acoge
en su seno sólo a hombres y mujeres libres, mayores de edad, respetables e independientes, solo dependientes de su conciencia y dedicados a poner en práctica un ideal de paz, amor y fraternidad, preocupados y
ocupados en su desarrollo moral así como el de la Humanidad entera. No es una religión, una escuela filosófica, un club, una ONG, una organización política, una sociedad secreta, ni tampoco
una sociedad con secretos como muchas veces se quiso catalogar desde fuera y también de algunos que pertenecen a la misma. Podemos reconocer algunos rasgos y aplicaciones de estos aspectos en nuestra Fraternidad, pero
ninguno de ellos es definitorio en su totalidad de lo que es la Francmasonería. En todo caso se articulan radialmente en torno a lo esencial de la Orden: su sustancia, la hermenéutica de su transmisión
y finalidad iniciática.
La Francmasonería sobreviene en una Institución universal,
ética, filosófica e iniciática, que persigue un ideal realizable fundado sobre la razón, la educación, y el trabajo constante y paciente, que a golpe de cincel constante sobre nuestra piedra
bruta para lograr dar forma a nuestra vida, logrando ser otra piedra en el edificio de la sociedad.
La Masonería exige a todos sus miembros el respeto a las opiniones
y creencias ajenas y evita toda discusión política o religiosa fuera del marco de respeto y dialogo fraterno, esto es a fin de constituir un centro permanente de unión fraternal, donde reina una comprensión
tolerante y una fructífera armonía entre los hombres y mujeres, permitiendo una rica interacción y armonía que permita mejorar como personas integras. Los masones nos reconocemos entre nosotros
como hermanos y consideramos nuestra asociación, libremente consentida a título individual, como una alianza de hombres y mujeres libres que desean progresar y desarrollarse interiormente en base a unos principios
universales, para tal fin nos formamos en el interior de nuestras logias en muchos campos del saber, pero sobre todo en una verdadera fraternidad, que busca disolver las nueves de la mediocridad reinante en una sociedad
en la cual le cuesta ver la luz de la sabiduría, el respeto y la hermandad.
Por ello la misión de todo masón es ser luz en la sociedad,
aportar con su trabajo de constructor moderno a una sociedad que necesita evolucionar, no solo tecnológicamente, como lo hace, sino también en lo humano, que es uno de los atrasos que la sociedad hoy tiene.
Por ello si eres Hombre o Mujer libre, de buenas costumbres, con ganas de
formarte en el saber y como persona íntegra te invitamos a sumarte y comenzar un camino de luz que irradie a la sociedad y el mundo en una verdadera masonería universalista.
Todos Libres, Todos Iguales, Todos hermanos.
LOS RITOS EN LA FRANCMASONERIA
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La Francmasonería siendo una Orden Iniciática, se apoya en Ritos cuyas raíces nos vienen de los tiempos más antiguos. El Rito consiste en el conjunto de reglas y ceremonias constituyendo un todo, coherente y definido en diferentes grados. Aprendiz, Compañero y Maestro por ejemplo, para los tres que componen la Francmasonería denominada “azul “o Francmasonería Simbólica.
El conjunto de Ritos masónicos ha sido codificado y ha evolucionado con el tiempo para corresponder con la evolución misma de las sociedades y hombres que las componen. Los rituales definen así las prácticas específicas de cada Rito, para la apertura y cierre de los Trabajos en Logia, por ejemplo, en cada grado, así como las ceremonias particulares de cada uno de éstos: Iniciación de un profano, paso de Aprendiz a Compañero y elevación de Compañero a Maestro. Por tanto, se puede decir que cada ritual y ceremonia componen el Rito en su conjunto, dentro de la Francmasonería Simbólica.
Los Ritos masónicos no tienen jerarquía y no se podría decir cual es mejor que otro. Cada uno de ellos corresponde a una sensibilidad y una aproximación particular a la historia de la espiritualidad. Pero sí tienen todos en común los principios fundamentales de la Francmasonería, tales como la Tolerancia, el amor de la Humanidad y la búsqueda de la verdad.
Las Logias del Gran Oriente Universalista practican una variedad de ritos que hacen la gloria de la libertad y la universalidad de las logias y triángulos que la componen, entre los más conocidos están los siguientes Ritos:
Rito Escocés Antiguo y Aceptado
Rito de York
Rito Francés
Rito Nacional Mexicano
Entre otros… y cada día se incorporan más hermanos y hermanas
de diferentes ritos y visiones, tanto logias masculinas, mixtas como femeninas… todos bajo el mismo techo, todos libres, todos iguales, todos hermanos.
¿Pero qué es un Rito?
El sistema original de la Masonería Especulativa consiste únicamente de tres Grados Simbólicos. Tal era la situación de la Francmasonería en el año 1717, en el momento que se conoce en Inglaterra como Renacimiento del Arte. Por consiguiente éste fue el Rito original o práctica aprobada, y de este modo continuó en Inglaterra hasta el año 1813, época en que se efectuó la unión de las dos Grandes Logias, y en que “el Santo Arco Real” se declaró que formaba parte del sistema.
Pero en el continente europeo la organización de los nuevos sistemas principió en una época anterior, y por la invención de los que se conocen como grados superiores se estableció una multitud de Ritos. Todos éstos están de acuerdo con un Rito esencial e importante. Fueron establecidos bajo la base de los tres grados simbólicos, los que en todo caso constituyeron la base fundamental en la que fueron establecidos. Su designio era la expansión y desarrollo de las ideas masónicas contenidas en estos grados. Los grados de Aprendiz, de Compañero Masón y Maestro formaban el pórtico por el cual todo iniciado debía pasar que pudiese obtener entrada en el interior del templo que había sido erigido por los fundadores del rito.
De aquí proviene la ley, que cualquiera que sea la constitución y enseñanzas de cualquier Rito respecto a los grados superiores que le son peculiares, siendo los tres grados simbólicos comunes a todos los Ritos, el Maestro Masón, en cualquiera de los ritos puede visitar y verificar sus labores en la Logia del Maestro de cualquier otro Rito. Únicamente hasta después que ha pasado el grado es cuando el privilegio exclusivo de cada Rito principia a ejercer su influencia.
Pero ha habido algunos de ellos que han subsistido únicamente por la influencia de sus autores, y han desaparecido tan pronto como la energía paternal que los creaba dejaba de existir. Otros han tenido una existencia más permanente y continúan aún viviendo en la familia masónica, suministrando únicamente métodos diversos de adquisición de conocimientos con el mismo gran fin la adquisición de la Verdad Divina por la Luz masónica. Ragón en su obra Tulier General, nos proporciona los nombres de ciento ocho, bajo títulos diferentes de Ritos, Ordenes y Academias. Pero muchos de éstos, no son masónicos, siendo únicamente de carácter social, político o literario. El catálogo siguiente comprende los más importantes de los que hasta la fecha continúan atrayendo la atención del estudiante masónico:
1. Rito de York.
2. Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
3. Rito Moderno o Francés.
4. Rito Americano.
5. Rito Escocés Filosófico.
6. Rito Escocés primitivo.
7. Rito Reformado.
8. Rito Helvético Reformado.
9. Rito de Fessler.
10. Rito de Schroeder.
11. Rito de la Gran Logia de los Tres Globos.
12. Rito del Elegido de la Verdad.
13. Rito del Velo Púrpura.
14. Rito del capítulo de Clermont.
15. Rito de Pernetty.
16. Rito de la estrella Flamígera.
17. Rito de Chastanier.
18. Rito de los Filaletes
19. Rito primitivo de los Filadelfos.
20. Rito del Martinismo.
21. Rito del Hermano Henoch.
22. Rito de Mizraim.
23. Rito de Menfis.
24. Rito de la estricta observancia.
25. Rito de la Observancia Laxa.
26. Rito de los Arquitectos Africanos.
27. Rito de los Hermanos del Asia.
28. Rito de Perfección.
29. Rito de los Elegidos Cohens.
30. Rito de los Emperadores del este y del Oeste.
31. Rito Primitivo de Narbona.
32. Rito de la Orden del Templo.
33. Rito Sueco.
34. Rito de Swedenborg.
35. Rito de Zinzendorf.
36. Rito Egipcio de Cagliostro.
37. Rito de los Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa.
En nuestro continente Latinoamericano, podemos mencionar
algunos como el Ritos Nacional Mexicano, Rito Brasileño, entre otros.
En Masonería por lo tanto ningún Rito tiene supremacía sobre otro y si el Rito ha sido reconocido, el hermano lo es de todos los Masones del Universo.
La masonería Argentina

Según documentos encontrados en la ciudad de Buenos Aires y por otros
existentes en el archivo de la Gran Logia de Inglaterra, esta última, con fecha 17 de abril de 1735, siendo su Gran Maestre Tomás, segundo vizconde de Weymouth, designa al caballero Randolph Took como Gran Maestre
Provincial para América del Sud.
Dado que la Gran Logia de Inglaterra recién a partir de 1750 empezó
a tener matricula de sus miembros, carecemos de mayores datos sobre el antes mencionado Took y los masones que pudo haber iniciado en aquella época. Su nombre figura en 1730 como miembro de la Logia Emulación
Nº 21 de la ciudad de Londres, cuya fundación data en 1723.
En una nomina de Grandes Maestros Provinciales, que aparentemente se remonta
al ano 1737, Took sigue figurando con el referido titulo así como las Logias fundadas por el que continuaban en actividad: su nombre no figura en cambia en los registros del ano 1750, lo cual hace presumir que en el
ínterin haya fallecido.
En la ciudad de Buenos Aires encontramos a Took entre 1735 y 1737, ocupándose
aparentemente de negocios, ya que realiza varios viajes entre la ciudad de Buenos Aires y la región del Caribe y Brasil.
Contrariamente a las afirmaciones contundentes de Juan Canter, se ha podido
comprobar como cierta la existencia en Buenos Aires de una Logia denominada Independencia, fundada a fines del siglo XVIII y que obtuvo Carta Constitutiva de la Grande Loge Generale Ecossaise de France, cuerpo este que fue
absorbido el 8 de enero de 1805 por el Gran Oriente de Francia, quedando la antes mencionada Logia en libertad de acción sobre su futuro.
A fines también del siglo XVIII, el portugués Juan de Silva
Cordero, funda la Logia San Juan de Jerusalén de la Felicidad de esta parte de América, con Carta Constitutiva de la Gran Logia de Maryland. Los títulos distintivos de ambas Logias indican bien a las claras
cuales eran las finalidades perseguidas por sus organizadores: la independencia y la felicidad de esta parte de América.
Durante las Invasiones Inglesas, en el seno de los regimientos que llegaron
a Buenos Aires había Logias que funcionaban con Carta Constitutiva de la Gran Logia de Irlanda. Los miembros de esas Logias constituyeron en Buenos Aires las Logias Hijos de Hiram y Estrella del Sur, ambas también
con Carta Constitutiva de la Gran Logia de Irlanda, y en cuyo seno fueron iniciados muchos criollos.
Al producirse la Revolución de Mayo existía en Buenos Aires
una logia presidida por el doctor Julián B. Álvarez. Se desconoce con exactitud el nombre de la referida logia, ya que unas veces aparece con el de San Juan y otras con el de Independencia. Dado que todas las
Logias Masónicas se denominan Logias de San Juan, cabria la hipótesis de que el de Independencia fuera el verdadero titulo distintivo de la Logia y esta fuera la misma fundada a fines del siglo XVIII.
La Logia, presidida por el doctor Álvarez, tiene una importancia
fundamental por cuanto de entre sus miembros fueron seleccionados aquellos que secundarían a Alvear, San Martín, Zapiola y demás masones viajeros que llegaron en la fragata Jorge Canning, para la fundación
de la Logia Lautaro de Buenos Aires.
La Logia Lautaro fue fundada en 1812 y sus integrantes formaron posteriormente
las lautarinas o lautarias de las ciudades de San Fe, Córdoba y Mendoza en la Argentina, y la de Santiago de Chile.
Además de las Logias lautarinas, durante las guerras de la independencia
hubo sendas Logias en el Ejercito de los Andes y en el Ejercito del Norte, la primera presidida por el Libertador y la segunda por Belgrano.
El general Belgrano funda además la Logia Argentina de la ciudad
de Tucumán, denominada posteriormente Unidad Argentina y que trabajo con Carta Constitutiva otorgada par la Masonería de Nueva Granada. Véase respecto de las actividades masónicas del general Belgrano
el estudio realizado por Arturo Gambolini, organizador del Archivo Histórico de la provincia de Salta.
Acerca de esas Logias se ha entablado una polémica, más de
una vez apasionada, sobre si eran o no masónicas. Los que les negaron tal carácter sostienen que "aparte del formulismo masónico esas agrupaciones tenían fines patrióticos y que sus
componentes eran profundamente católicos".
En 1825 un grupo de súbditos estadounidenses organizan Estrella Sureña
(Southern Star) con Carta Constitutiva de la Gran Logia de Pensilvania. En esa Logia incorporase don Bernardino Rivadavia. La Logia siguió trabajando hasta que en el año 1829, ya baja la influencia rosista, fueron
perseguidos sus integrantes, viéndose obligados muchos de ellas a emigrar a Montevideo, donde formaron la Logia Asilo de la Virtud, con Carta Constitutiva también de la Gran Logia de Pensilvania.
Durante la tiranía surgieron numerosas Logias conocidas con la denominación
genérica de Unitarias, por cuanto la mayoría, si no todos sus componentes, se oponían al régimen sanguinario de Rosas. En esas Logias militaron muchos de los más allegados, e incluso cercanos
parientes de Rosas. Algunas de esas Logias llegaron hasta nuestros días: v.g., la de San Juan de la Frontera, de la ciudad de San Juan; la Constante Unión, de la ciudad de Corrientes; y la Jorge Washington, de
la ciudad de Concepción del Uruguay.
Por su parte, Garibaldi, durante su estada en Entre Ríos, en 1837,
funda una Logia en Gualeguaychú.
Después de Caseros los masones siguen agrupándose y surgen
varias Logias argentinas y algunas extranjeras. Entre las primeras cabe mencionar la Logia Fraternidad de San Nicolás de los Arroyos, fundada por José A. Melián, y las Logias Concordia, fundada en 1852,
Constancia, en 1855, Unión del Plata, en 1855, y Confraternidad Argentina, en 1856, estas últimas de la ciudad de Buenos Aires. Esas Logias trabajaban bajo los auspicios de la Masonería brasileña
o del Uruguay.
Entre las Logias extranjeras recordamos la Logia Amie des Naufrages, integrada
por franceses y que trabajaba baja los auspicios de la Masonería francesa; y la Logia Excelsior, fundada en 1853 por un grupo de residentes ingleses, bajo los auspicios de la Gran Logia Unida de Inglaterra.
En diciembre de 1857 siete de las Logias existentes en la ciudad de Buenos
Aires: Unión del Plata, Confraternidad Argentina, Consuelo del Infortunio, Tolerancia, Regeneración, Lealtad y Constancia, se agrupan y constituyen la actual Gran Logia de la Argentina, eligiendo como primer
Gran Maestre al doctor José Roque Pérez, distinguido jurisconsulto, diplomático, hombre público y eminente filántropo.
Acompañaron al doctor José Roque Pérez en su gestión
el doctor Pedro Díaz de Vivar, en calidad de Pro Gran Maestre; el doctor Nicanor Albarellos y el coronel Santiago Rufino Albarracín, como Grandes Vigilantes; el doctor Eustaquio J. Torres, como Gran Orador; el
doctor Fernando Cruz Cordero, como Gran Secretario; don Federico Álvarez de Toledo, como Gran Tesorero; y el doctor Alejandro Brown, como Gran Hospitalario.
La existencia de una entidad con más cien años de vida activa
e ininterrumpida en un país joven como la República Argentina, que a la fecha de la fundación de la Gran Logia de la Argentina hacia apenas cuatro décadas que había proclamado su independencia y
su resolución de constituirse en nación libre y soberana, es sin lugar a dudas un hecho altamente significativo, sobre todo si se tiene en cuenta la decisiva influencia que la Masonería con sus principios
y a través de sus hombres ha tenido en todos los órdenes de la vida nacional.
Es comprensible que así sea, ya que en la Masonería militaron
destacadas figuras de la nacionalidad. Porque en todos los países y en todos los tiempos fueron miembros de la Masonería los más destacados ciudadanos, por ser la única institución verdaderamente
neutral en los aspectos políticos y religiosos, donde en un ambiente de respecto pueden actuar libremente, expresar sus ideas y confiar sus anhelos e inquietudes, y encontrar la compresión y apoyo que a veces
son imprescindibles para llevar a la práctica nobles iniciativas.
MASONES DE LA ARGENTINA
Es así como se pueden mencionar 14 ciudadanos que ocuparon la Presidencia
de la Nación y que fueron masones: Bernardino Rivadavia, Vicente López y Planes, Justo José de Urquiza, Santiago Derqui, Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento, Miguel Juárez Celman,
Carlos Pellegrini, Manuel Quintana, José Figueroa Alcorta, Roque Sáenz Pena, Victorino de la Plaza, Hipólito Irigoyen y Agustín P. Justo. De los vicepresidentes fueron masones: Salvador Maria del
Carril, Juan Esteban Pedernera, Mariano Acosta, Adolfo Alsina, Francisco B. Madero, Norberto Quirno Costa, y Julio A. Roca (H), aparte de otros ciudadanos que, en virtud de la ley de acefalia, ocuparon transitoria o circunstancialmente
la vicepresidencia o ejercieron la primera magistratura, tales como Antonio del Pino, Benito Villanueva y otros.
Escritores
Sin agotar la nomina, pero a guisa de ejemplo, se dan algunos nombres más:
entre los escritores, los de Bartolomé Hidalgo, José Hernández, Hilario Ascasubi, Estanislao del Campo, Miguel Cané, José Mármol, Alejo Peyret, Eduardo Wilde, José Ingenieros,
Roberto J. Payró, Alejandro Korn, Leopoldo Lugones ; entre otros.
Periodistas
En el periodismo los hermanos Varela, los hermanos Gutiérrez, Olegario
V. Andrade, Miguel Goyena, Servando A. Gallegos, Ovidio Lagos, José S. Álvarez (Fray Mocho), Joaquín V. González;
Científicos de la talla de Luis M. Drago, Juan Antonio Fernández,
Teodoro Baca, Manuel Augusto Montes de Oca, Eduardo Acevedo, Oscar Doering, José Maria Ramos Mejía, Eliseo Canton, José Maria Moreno, José Miguel Guastavino, Juan Maria Gutiérrez, Ricardo
Gutiérrez, Carlos Murray, Florentino Ameghino, Martín Spuch, Eduardo Logia Holmberg; e investigadores del pasado como Lucio V. López, Manuel Trelles, Antonio Zinny, Alejandro Rosa, José M. Pelliza,
Adolfo Saldías, fueron masones.
Hombres de armas como los almirantes Manuel Blanco Encalada, Luis Cabassa,
Bartolomé Cordero, Mariano Cordero, Edelmiro Correa, Antonio
Somellera, Daniel de Solier, Enrique G. Howard, Enrique B. García;
o los generales Juan A. Gelly y Obes, Wenceslao Paunero, Emilio Mitre, Benjamín Victorica, Félix Benavides, Eduardo Broquen, Emilio Conesa, Donato Álvarez, Nicolás Levalle, Eleodoro Damianovich,
Cesáreo Domínguez, Rosendo Maria Fraga, Manuel Fernández Oro, Teodoro García, José M. Francia, Eduardo Racedo, Zacarías Supisiche, Nicolás Vega, Francisco J. Reynolds, Joaquín
Viejobueno, Luis J. Dellepiane, sin olvidar figuras de menor graduación pero no por eso menos recordadas y apreciadas, como Luis Piedrabuena, Luis Py, Erasmo Obligado, Clodomiro Urtubey, Santiago J. Albarracin, Felix
Dufourcq o Jorge Reyes.
Hombres de teatro como Florencio Sánchez, Roberto Casaubon (conocido
como Roberto Casaux), Emilio Onrubia, Florencio Parravicini, Enrique García Velloso, Ezequiel Soria, Enrique Muiño, Enrique de Rosas, Luis Arata;
Artistas como Carlos Enrique Pellegrini, Ignacio Manzoni, Prilidiano Pueyrredón,
Mariano Agrelo, Martín Boneo, Ernesto de la Cárcova, Rogelio Yrurtia.
La labor de un siglo
No obstante, mencionar las más destacadas iniciativas y realizaciones
que marcan a lo largo de la historia masónica en Argentina.
Por ejemplo Fueron sus miembros quienes lograron el apaciguamiento definitivo
de los espíritus y el establecimiento de la concordia en la crisis consecutiva a la batalla de Caseros y a la caída de Rosas; fueron ellos también quienes contribuyeron eficazmente a la sanción
de la benemérita y libérrima Constitución nacional de 1853, que con ligeras modificaciones, sigue rigiendo nuestros destinos; quienes, haciendo casa omiso de temores y alarmas, con recio coraje civil,
organizaron, en 1868, la Comisión Masónica de ayuda a las víctimas del cólera que azoto a Buenos Aires y otras ciudades. Posteriormente crearon la de ayuda a las víctimas
de la fiebre amarilla, durante la espantosa epidemia de ese flagelo, que asolo a Buenos Aires en 1871, presidiendo el cuerpo médico el doctor Juan José Montes de Oca.
"Esta ultima comisión, que se transformaría en la famosa
Comisión Popular de lucha contra la fiebre amarilla, fue presidida, con abnegación y celo infatigable, par el doctor José Roque Pérez, el primer Gran Maestre de esta Gran Logia, quien, junto con
muchos otros hermanos, como Argerich, Pereyra Lucena, Keil, Guillermo Zapiola, Martinez de Hoz, perdieron la vida en el noble desempeño de su humanitario deber, voluntariamente asumido.
"Fueron miembros de esta Gran Logia quienes acudieron en ayuda de las
víctimas del terremoto de Mendoza o los que pusieron en pie, en 1874 así como en 1880, cuando hizo crisis en un movimiento armado el conflicto cuyo epilogo seria la fijación de Buenos Aires como Capital
Federal de la Republica, un Cuerpo Masónico de Ayuda a los Heridos, germen fecundo, entre nosotros, de esa benemérita institución, de origen masónico, la Cruz Roja Argentina.
Fueron también ellos quienes promovieron la discusión y aprobación
de la Ley de Registro Civil y de Matrimonio Civil; quienes hicieron posible la sanción de nuestra sabia Ley 1420 de Educación Común, estableciendo la enseñanza primaria obligatoria, gratuita y laica,
eficaz instrumento civilizador, e imprescindible prolegómeno de la Ley Avellaneda sobre enseñanza universitaria, que tanto ha contribuido a nuestro progreso cultural y social. Fueron ellos quienes en diversas
oportunidades propiciaron la inclusión del divorcio absoluto en nuestra legislación, fueron ellos quienes propugnaron siempre la equiparación de derechos entre la mujer y el hombre; quienes han bregado
por la difusión de la cremación de los cadáveres.
"En todas partes donde ha habido en la Republica masones agrupados
en Logias han surgido, como testimonio de su celo y actividad, instituciones progresistas, centros culturales, bibliotecas y asociaciones filantrópicas.
En la argentina actualmente existen varias corrientes masónicas,
no por ellas una menos que la otra, desde la Gran logia Argentina de unidos y aceptados masones, pasando por la Gran simbólica Argentina, y otras como Logias de la Orden Masónica Mixta Internacional Le Droit
Humain - El Derecho Humano en la Argentina, logias masónicas cristianas y los nacientes triángulos de la masonería universalista, dependiente del Gran Oriente Universalista, con sede en la República de México al cual orgullosa
y fraternalmente pertenecemos como Triangulo “Luz del Temple” en Argentina sembrando las simientes para una nueva masonería, más abierta, inclusiva, fraternal , dedicada, en donde el hombre y la mujer tengan su espacio
para crecer y desarrollarse de forma integral dando ejemplo de civismo y cultura , desterrando una masonería acartonada, oculta, exclusivista, abriendo las ventanas para que entre aire fresco de una masonería
renovada y progresista. En donde el respeto, la fraternidad, la cultura en todas sus expresiones, la formación intelectual y espiritual de sus miembros y se destaquen sobre el resto de una civilización mediocre
guiadas por el oscurantismo de la vulgaridad reinante.
Nuestro Rito actual es el R.E.A.y.A . (Rito Escocés Antiguo y Aceptado)
(R.E.A.yA. lo hemos adaptado temporalmente para el ejercicio de la masonería mixta y nos encuentra trabajando en la elaboración de un ritual propio adaptado a la Masonería Universalista)
(R.E.A.yA. lo hemos adaptado temporalmente para el ejercicio de la masonería mixta y nos encuentra trabajando en la elaboración de un ritual propio adaptado a la Masonería Universalista)
Su historia:
El Rito Escocés Antiguo y Aceptado, es un rito masónico derivado
del sistema escocés que se practicaba en Francia, fundamentalmente en logias de París y Burdeos, a mediados del Siglo XVIII.
Más allá de los orígenes mitológicos1 que rodean
a la masonería toda, que tienen que ver más con lo simbólico que con lo histórico, una gran controversia existe entre los masones del mundo, acerca del título y del verdadero origen de este
Rito.
El Rito escocés no nació en Escocia, sino que recién
en 1846 ingresó a ese país, y su antigüedad data de 1786, o en caso de aceptarse como auténticas las llamadas Constituciones de Federico II, su origen se habría dado en 1762.
Emulando la escisión que se produjo en 1739 en la Gran Logia de Londres
en 1786 el Gran Oriente de Francia procedió a una severa revisión de los altos grados, reduciéndolos al número de cuatro.
En ese preciso momento los partidarios del Rito Escocés deseaban
elevar su escala jerárquica a 33° grados, y acusaron al Gran Oriente de querer desnaturalizar y sustituir los antiguos misterios y ceremonias, erigiéndose entonces como detractores del nuevo cambio y defensores
de los sistemas anteriores.
Al igual que había ocurrido en Inglaterra se autodenominaron “los
antiguos”, tildando de “modernos” a los partidarios de la renovación.
Los documentos admitidos y autorizados por los masones que siguen este rito,
establecen que el origen del mismo tuvo lugar luego de la primera Cruzada, simultáneamente en Escocia, Francia y Prusia, pero por razones desconocidas cayó en desuso desde aproximadamente 1648.
Semejante aserción no ha podido nunca ser demostrada por algún
documento fehaciente. Algunos documentos susceptibles de ser fidedignos, aseguran que la Masonería Templaria entró en Francia en 1727, y en 1744 su recopilador, el Barón de Ramsay, instituyó en
Burdeos la primera logia de Perfección.
Según versiones no reconocidas por historiadores masónicos
como Ragón, Joaust, Clavel, Laurens, Findel, Folger Kloss y Marconay, el sistema completo con sus 33° grados, descansa sobre los estatutos y reglamentos redactados en Burdeos en 1762, derivados de un documento emanado
por los “Príncipes del Real secreto” en 1759, y que se atribuye a Federico II.
Veinte años después, el 25 de mayo de 1782, habrían
sido confirmadas las Constituciones de Burdeos, en una época en que el Rito Escocés no constaba más que de 25 grados y se veía amenazado por las recientes discordias nacidas en Alemania.
Viendo que el rito se encaminaba al ocaso, en 1786 se decidió investir
de todos los poderes y prerrogativas a un Consejo de Soberanos Grandes Inspectores Generales, sujeto a Constitución y Reglamentos, para que dirigiera los destinos de la Orden de allí en adelante.
En ese mismo momento se amplió la escala jerárquica de los
grados elevando su número hasta 33° y se formó con todos los hermanos de ese grado, un soberano capítulo denominado Supremo Consejo del Grado 33°.
Las versiones más aceptadas.
Según afirma Emile Rebold, en su Historia de la Francmasonería:
“El rey Federico de Prusia fue iniciado en la masonería el 15 de agosto de 1738 en Brunswich, siendo en aquel entonces Príncipe Real. En 1744 la Logia de los Tres Globos de Berlín, fundada por artistas
franceses, que habían sido llamados a Prusia, fue elevada por él a la categoría de Gran Logia, siendo aclamado Gran Maestre de la misma, cuya dignidad ejerció solo hasta 1747, aunque la Gran Logia
continuó inscribiéndole como tal en el cuadro de sus grandes dignatarios, hasta el año 1755. Desde aquella época, ya no se volvió a ocupar activamente de la masonería nunca más.”
Según Marconay, en su afán de ilustrarse acerca del origen
prusiano del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de 33° grados, escribió una carta a la Gran Logia de los Tres Globos de Berlín, pidiendo las aclaraciones del caso, por lo cual el 17 de agosto de 1733 recibió
la siguiente respuesta: “En cuanto a las opiniones que existen entre nosotros, debemos participaros que Federico el Grande es en parte el creador del sistema que nuestra Logia adoptó, pero nunca se inmiscuyó
en sus asuntos, ni se ocupó en dictar leyes a los masones, a los que siempre concedió la mayor protección en sus estados. La Gran logia no reconoce ni práctica más que los grados azules de
San Juan. Un comité particular compuesto de miembros elegidos por los hermanos, llamado Supremo Oriente Interior, dirige los trabajos de los grados superiores que no pasan en número de siete.”
El origen americano.
Alejandro Francisco Augusto - Conde de Grasse Tilly.
Un aventurero francés de origen judío, llamado Esteban Morín,3
fue el encargado de llevar el Rito a América, en donde solo se conocían los tres primeros grados de la Masonería de San Juan o Masonería Simbólica, a saber, Aprendiz, Compañero y Maestro.
Fue tan rápida la expansión del sistema, y tan grande el afán
de los americanos en obtener los altos grados, que Morín decidió elevar la escala de los primitivos grados, hasta el grado 33°.
El 31 de mayo de 1801 se fundó en Charleston (Carolina del Sur) el
primer Consejo de la nueva masonería, cuya existencia se dio a conocer el 4 de diciembre de 1802, no mencionándose en ningún momento el origen de la Organización y declarando haber sido creados
por Federico II de Prusia en 1786.4
En 1803 es creado en Santo Domingo un Supremo Consejo bajo los auspicios
del Conde de Grasse Tilly. Grasse Tilly debió abandonar la isla al año siguiente debido a que Francia acababa de perder esa colonia.
Inmediatamente luego de regresar Grasse Tilly a París se ocupó
en forma activa de dar a conocer los 33° grados del nuevo Rito creando su centro de operaciones en la Logia Escocesa de San Alejandro.
El libro de oro.
Como única justificación de sus derechos, Grasse presentó
un titulado Libro de Oro, que solo contenía:
Una copia de la patente de los poderes otorgados a Morín en 1761,
por el Consejo de Emperadores de Oriente y Occidente.
Una patente a su nombre emitida en 1802 por el Supremo Consejo de Charleston.
Una copia de la Constitución redactada en Burdeos por los Príncipes
del Real secreto.
Una copia emitida en América fechada en 1786, que es la que se atribuyó
a Federico el Grande.
Entre importantes autores como Ragón, 5 Orfdox y Vasal, contemporáneos
a la introducción del Rito en Francia, sostienen inclusive que sería el mismo Grasse Tilly el creador de la nueva corriente, ayudado por un literato y hermano masón llamado Bialhache.
Según se afirma en el Diccionario Enciclopédico de la Masonería,
redactado por Frau Abrines y Arus Arderiu: “A pesar de estas y otras muchas anomalías que no se escaparon a la observación de la generalidad de los masones, en breve tiempo el Conde elevó al grado 33°
a gran número de hermanos, formando seguidamente con ellos un Supremo Consejo provisional. Convocados los grandes oficiales del Rito el 12 de octubre de 1804, se constituyeron en Gran Consistorio y convocaron para el
22 la Asamblea General de todos los miembros, con objeto de proceder a la formación de una Gran Logia. Esto tuvo lugar efectivamente el día fijado, constituyéndose aquella bajo la denominación de
Gran Logia General Escocesa de Francia del Rito Antiguo y Aceptado, decidiéndose en ella, que su principal asiento residiera en París. Eligiéronse 49 dignatarios, proclamándose como gran Maestro
al príncipe Luis Napoleón y al Conde de Grasse Tilly como representante del mismo”
El rito en la actualidad.
Si bien los orígenes de este movimiento no quedan claros para los
historiadores, habiendo posiciones contrapuestas entre éstos y el rito mismo, este Rito Escocés es quizás el que más difusión ha tenido en el mundo, y el que mayor compromiso político
y social ha demostrado a través de la historia. Le sigue muy de cerca el Rito de York, con gran compromiso en la Independencia de Estados Unidos de América.
En la actualidad el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, continúa
trabajando en el mundo con 33° grados masónicos, con algunas variaciones en los nombres de los mismos, de acuerdo a las jurisdicciones. Se trabaja en forma ritual a través de dramatizaciones de muy antigua simbología,
en donde se representan las grandes leyes que rigen el Universo.
Además del estricto trabajo ritual, también se pone énfasis
en los trabajos de tipo intelectual, presentándose los mismos en planchas o trazados, los cuales una vez leídos en las ceremonias llamadas “Tenidas”, son tratados y discutidos en forma oral por los hermanos
presentes.
Primeros grados. Conferidos en una Logia Simbólica o de Masonería
Azul.
1- Aprendiz
2- Compañero
3- Maestro
Serie de grados conferidos en una Logia de Perfección, también
llamados grados “inefables”
4- Maestro Secreto
5- Maestro Perfecto
6- Secretario Íntimo
7- Preboste y Juez
8- Intendente de los edificios
9- Maestro Elegido de los Nueve
10- Maestro Elegido de los Quince
11- Sublime Caballero Elegido
12- Gran Maestro Arquitecto
13- Caballero del Real Arco
14- Gran Elegido Perfecto y Sublime
Los grados que siguen se otorgan en el Consejo de Príncipes de Jerusalén
15- Caballero de Oriente o de la Espada
16- Príncipe de Jerusalén
Los siguientes dos se confieren en el capítulo rosacruz
17- Caballero de Oriente y Occidente
18- Soberano Príncipe Rosacruz
Los catorce grados siguientes se confieren en un Consistorio de Príncipes
del Real secreto
19- Gran Pontífice
20- Gran maestro ad vitam o de todas las logias
21- Patriarca Noaquita o Caballero Prusiano
22- Príncipe del Líbano o Caballero de la Real Hacha
23- Jefe del Tabernáculo
24- Príncipe del Tabernáculo
25- Caballero de la Serpiente de Bronce
26- Príncipe de Merced o Escocés trinitario
27- Soberano Comendador del Templo
28- Caballero del Sol o Príncipe Adepto
29- Gran Escocés de San Andrés
30- Gran elegido Caballero Kadosh o del Águila blanca y negra
31- Gran Inspector Inquisidor Comendador
32- Sublime y valiente Príncipe del Real secreto
El último Grado lo confiere el Supremo Consejo del Grado 33°
33- Soberano Gran Inspector general de la Orden